viernes, 23 de marzo de 2012

¿Quién es José Manuel Delmoral?

José Manuel Delmoral es un joven venezolano tigrense (Ciudad de El Tigre, Edo. Anzoátegui) en el que una mañana de noviembre de 2009, sus sueños, estudios, vida y libertad se vieron truncadas por el dedo acusador de una persona que no conocía, el cual lo señalaba como partícipe de un horrendo crimen. José nació en Caracas, fue un niño tímido pero alegre, curioso y cariñoso según relata su tía y su mamá.
En las primeras etapas del colegio se notaba ya una marcada distinción de su físico, que sería la característica más resaltante ante cualquiera primera mirada de algún espectador: su altura. (Hoy en día 1.98 m) 
A nivel interno, un carismático y extrovertido joven se estaba abriendo paso, una personalidad única, que al juzgar por la primera impresión que uno recibe de ésta, recibe es su calidad humana y su risa contagiosa y hasta empalagosa!. No cabe la menor duda que las personas alegres y simpáticas forman parte de una raza extraña que ya no se ve mucho en esta sociedad tan amarga e insípida, pero se hace constar que José Manuel es uno de esos pocos diamantes en bruto únicos en su especie.

A nivel académico, José Manuel siempre ha presentado una capacidad intelectual muy superior a la promedio, habiendo alcanzado terminar el bachillerato (5to año), graduado con honores con tan sólo 16 años. Edad en la cual comenzó una carrera en la Universidad Gran Mariscal de Ayacucho, donde aprobó el 9no Semestre de Ingeniería en Mantenimiento Industrial. Luego comenzaría a estudiar Informática a principios del año 2008 en el Instituto Universitario de Tecnología de Administración Industrial, IUTA, con sede en la ciudad de Anaco, donde diariamente realizaba viajes para continuar con sus logros profesionales. Paralelamente a este estudio, comenzó un curso dictado por la IBM en la sede de la UNEFA, San Tomé, llamado "Programa de Desarrolladores de Software", según convenio firmado con el Centro Nacional de  Tecnologías de Información (CNTI), organismo adscrito al Ministerio del Poder Popular para Ciencia, Tecnología e Innovación (MCTI).

Pero luego, la desgracia: lo acusan sin pruebas de haber cometido un crimen atroz y es injustamente privado de libertad, donde hasta hoy espera que se inicie el Juicio que deberá comprobar su inocencia, ya que su defensa está bien argumentada y es transparente.
Un futuro estancado, suspendido en el tiempo, pero éste no se detiene, han detenido una vida,  unos sueños, pero el tiempo es implacable, continúa, no hay vuelta atrás, no hay cosa que puedan  hacer para reparar el daño cometido a una vida inocente y a sus familiares que tienen que luchar  cada día, sólo hay un error que enmendar: DEVOLVERLE SU LIBERTAD, la cual nunca debió ser  arrebatada de sus manos.
No es el punto de este artículo establecer a José Manuel Delmoral como un santo, él, como todos los  seres humanos de la faz de la tierra, tiene sus defectos, al igual que virtudes, pero por sobre  ningún motivo posible concebible entra entre sus "defectos" el de poder quitar la vida tan espeluznantemente a otro ser vivo, llámese planta, hormiga, ratón, muchísimo menos, un ser  humano.
Cuando se hacen las cosas sin pensar, llevados nada más que por venganza, muchas veces pagan  personas inocentes, ya que no vemos más allá de lo evidente, de lo real, y se actúa impulsivamente. Esto es lo que ocurre en este caso; la sociedad, y los familiares de las víctimas, sedientos de buscar su  "Justicia", esa que les traiga paz y tranquilidad, al ver pagar a cualquiera y a quien condenar por ese brutal crimen, se ven forzados a no pensar con claridad y sólo se dejan llevar por los  sentimientos, más aún si éstos se ven manipulados por constantes ataques mediáticos por prensa escrita y televisión.
Más allá de ser éstas, palabras llenas de sentimiento, las cuales abruptamente generan en cada uno de los que llegamos a conocer a José Manuel y abogamos por su inocencia, una sensación enorme de impotencia al no poder hacer nada, son palabras de aliento y un llamado a no decaer ni por un instante, en la unión está la FUERZA; ahora más que nunca hay que alzar nuestras voces para que en toda la región, y si es preciso, en todo el país, se haga pública esta injusticia.
A luchar! que todavía hay mucho por hacer para sacar a nuestro AMIGO de ese infierno al que fue sometido injustamente a vivir hace ya más de 2 años!!

Le pudo haber tocado a cualquiera de nosotros...

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